Nadie lo puede ver. Es un perro callejero que ronda mi casa día y noche. Se ha obsesionada por el amor de mi mascota, una Golden Retriever, que por supuesto para la madre y la abuela (mi hija y mi esposa) es un don nadie que nada tiene que ofrecerle a Luna, nuestra mascota. Lo llamamos Blanco, aunque nada tiene de blanco por los sucio y roñoso que anda y lo peor lleno de garrapatas. Lo odian, lo maldicen, lo gritan, lo botan pero por el amor a los animales que ellas tienen, hacen colecta para que lo bañen o lo vacunen, reclaman por sus derechos cuando alguien le quiere hacer daño, protestan cuando le tiran piedras o intentan pegarle porque trata de morder a los transeúntes que pasan por su lado. De vez en cuando un “pobre animalito” les sale. Amor y odio, típico de las mujeres. Los transeúntes nos llaman la atención..¡Amarren a
su perro! .. nos reclaman porque creen que es nuestro. Algunos vecinos le dejan comida al costado de mi casa por lo que nunca piensa irse.
En las mañanas cuando salimos al trabajo o la universidad, Blanco va adelante cuidando nuestros pasos, ladrando al que se nos aproxima como si fuera nuestro guardaespaldas, si se acerca mucho lo botamos, lo asustamos pero él sigue adelante y cuando mi hija saca a Luna a pasearla corre inmediatamente, salta desesperado alrededor de ella intentando jugar con Luna y ladra a los otros perros que intentan acercársela. Se nota su alegría de verla. MI hija en su intento de separarlos varias veces se ha enredado con la correa en sus piernas y se ha caído. Muchas veces abrimos la puerta y ahí está echado en la puerta de mi casa. Duerme en nuestro jardín destruyendo el grass con su peso. Lo botamos y se pasa al jardín de enfrente. Hemos puesto espinas en la puerta de mi casa y en jardín para espantarlo y me denunciaron en las redes sociales por maltrato animal. Ya no sabemos que hacer, Mi esposa por momentos piensa mandarlo a bañar para que pueda juntarse con nuestra mascota o adoptarlo, pero luego se acuerdo de todo el daño que le ha causado a Luna, dos veces enfermó con Erliquia, enfermedad de las garrapatas que Blanco le pasó y en la cólera que le da encontrar garrapatas en la puerta de la casa y nuevamente….¡Mugroso animal! ¡Vete de acá! …¡Que hacemos!¡Que hacemos!…. ¡Ya no lo soporto!….. Del amor al odio, mi esposa pasa en una fracción de segundos.
Ya me había acostumbrado a ver a mi hija y a mi esposa pasar del amor al odio cada vez que veían a Blanco cuando ocurrió la desgracia. Una noche de intensa lluvia se le cruzaron en el camino 2 pitbull que lo atacaron y lo dejaron malherido, al día siguiente lo encontraron muerto. Los vecinos protestaron, dentro de todo también lo querían y lo odiaban y denunciaron al dueño de los pitbull. Cuando mi hija se enteró soltó unas lágrimas y mi esposa se puso muy triste. Le pidió a una amiga que por favor lo llevaran a un veterinario para que lo salve y que la incluyeran en los vecinos para dar cuota. Para suerte mía ellas estaban fuera del país y no fueron testigos de esta masacre.